miércoles, 22 de diciembre de 2010

Avíos y abalorios



Hablando con los chicos del Opi sobre si los hombres desean ser admirados por las mujeres les espeté muy suelta de cuerpo y "a teclado corrido y compulsivo" que los hombres desean ser admirados por todas las mujeres.... la que aman y las que no aman... las que dicen que aman pero todos sabemos que no aman, las que aman pero no pasarán nunca de la categoría de amantes, las que no aman pero les importa 3 belines de su existencia pero si los admiran entonces al menos le caen simpáticas, las que dicen que los admiran para llenarles el ego porque la boludez femenina garpa pero simplemente porque lo que las mujeres quieren, según Sigmund, es un pene. 
En la tierna infancia y producto de la visión del sexo opuesto caen presas de la envidia del pene y encima se la agarran con la madre porque la culpan de que ella las hizo "imperfectas e incompletas".

De ahí viene esa insatisfacción femenina, es compulsa a la compra, esa imagen de mujer equeco con mil collares colgandole del cuello y manos llenas de anillos y pulseras... todos los avíos y abalorios imaginables émulos del pene que-no-tiene y como no lo tiene se lo "cuelga".

Mientras la comienza a mirar con asquito de rival a  la madre la niña le pide un pene al padre que como no se lo puede dar por el tema del incesto, la cultura y la horda primitiva y toda la parafernalia pone la mejor cara de boluda inspirada y se lo pide al marido (nota mental: no decir "gorrrr me das un pene, dale que si?")... el marido se lo da de a ratos pero a la mujer no le alcanza y entonces le pide un hijo y parece che que es donde la mujer se siente completa. Con un hijo. Pero por el simple hecho de que ese hijo, por medio de las ecuaciones simbólicas, ocupa el lugar de un pene.
Y así con otros hijitos una se va llenando de pequeños penes a su alrededor cual enanos de jardín en primavera, y una va una por la vida  pensando que está armando una familia preciosa. Pero no, parece que junto con los putos zapallitos nos estamos  dedicando a rellenar un calzoncillo talle XXL.


Jodete por Boluda si pensás que el gasista va a ser mas benevolente en su presupuesto cuando le tirás todo este chorro metapsicológico como respuesta al "pero señora, usted que quiere?" al pretender cobrarte 250 mangos por instalarte una cocina pedorra.


* Dedicado a los chicos del Opi que tan amablemente me destaparon la neurona a una idea que venía rondándome desde que saqué al gasista a empujones.

lunes, 6 de diciembre de 2010

plenitud... divino tesoro?





... y así ando, tratando de comprender por qué se dice que después de los 40 las mujeres estamos en la plenitud de la edad, porque al estar mediando la esa década estoy en condiciones de afirmar que:


Si te roban al menos no te violan.


Si sos parte de un grupo de rehenes, vas a ser de las primeras en ser liberada ya que con un ataque de histeria no te soportan ni los terroristas.


La gente ya no te considera hipocondríaca, ahora sí estás enferma y al menos te consolás pensando que tanta guita invertida en medicina prepaga va a rendir sus frutos.


Ya no tenés nada que aprender para el largo y difícil camino de la vida, porque tu vida no existe.


Cuando te tratan de madurita te sentís identificada con el punto compota.


Tus articulaciones pronostican el tiempo mejor que los meteorólogos.


Cada vez que te suena el celu te preguntás quien será con cara de sorpresa porque lo único que distinguís en esa pantallita pedorra pero de 80 millones de colores es nombre corto o nombre largo. 


Si haces una fiesta, tus vecinos ni se enteran.


La ropa que te compras ya no pasa de moda.


¿Cuándo fue que pasaste del tae-bo al pilates o el yoga?


No podés embocar el hilo adentro de esa aguja de mierda que tiene un ojito mínimo; pero como con la onda grunge estan todos descosidos no te importa demasiado.


Tu imágen de una noche de excesos es una napolitana entera con un porroncito de cerveza mientras mirás una peli empezada en la tele tirada en la cama cual ballena varada.


Estás tan contracturada que el karma a repetir en tu neurolinguística nocturna es: quiero estar tan dura por fuera como por dentro.


Tenés la procesadora en la alacena alta y seguís haciendo la ensalada de zanahorias con el rallador o con el pelapapas.


Cuando te dicen pero si estas diviiiiina vos pensas: si... estoy más divina vestida que en bolas.


Los pecados capitales han cambiado. La lujuria por la gula y la pereza mutó a insomnio.


Te olvidás de hasta donde tiene la primera el auto. Te queda en consuelo de afirmar que los secretos de tus amigos estan seguros porque no te acordás ni un ápice de lo que te confesaron en esos momentos de charlas íntimas.


Te sonrojaste cuando ese señor te dijo que sos una señora "suculenta" pero a los 30 seguramente le hubieras pegado un carterazo.


Tu dotación de neuronas activas llegó - por fin - a una cantidad manejable.


Podés vivir sin sexo pero no sin mucama.


A los 15 te angustiaba perder la virginidad, hoy hiperventilàs si perdes los anteojos.


La firmeza de la personalidad es inversamente proporcional a la firmeza del escote. El pudor a mostrar es el mismo, los motivos son totalmente diferentes.


No sabés si joderte por boluda, servirte otra copita de licor de huevo o irte a la cama porque siendo las 11 de la noche sos lo más parecido a una momia.

 
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