Chanet está con fiebre

Mabel anda poco en auto, a ella se le dan mejor los trenes o colectivos. Se sube, se pone perfume, crema en las manos y se siente lista para llegar a destino. Ahora anda con unos auriculares que le lastiman las orejitas, pero a ella no le importa, porque ver pasar las calles mientras escucha lo que le gusta para ella no tiene precio, y te lo dice, con cara de papanatas soñadora, no tiene precio.

Una que otra vez se le da por mantener diálogos con los otros pasajeros, diálogos enriquecedores y absolutamente urbanos.

Diálogo 1:
- ¿Sería tan amable de dejar de escupir por la ventanilla, Señor?
- Tengo moco, vo… ¿no tené moco?
- ¡Por supuesto que sí, pero no ando dejándolos en lugares impropios!
- ¿Quequeré que haga con lo moco?
- Señor a mi sus mucosidades y el lugar de reposo de las mismas me tienen sin cuidado, sólo le pido encarecidamente que no los expulse por la ventanilla.
- ¡Cortala loca!
- Y usted termínela con sus mocos.
- Yo hago lo que quiero, no va a venirvoo a decirme que hacer
- Se lo digo sin inmutarme, mire como no me inmuto o ¿me nota inmutada?
- Ja! Total ya me bajo total
- ¿En la próxima?
- Seeee
- Dios existe y usa carilinas.

Diálogo 2:
- ¿Sería tan amable de ponerse los auriculares o modificar momentáneamente sus gustos musicales?
- ¿Lo qué?
- Si podría dejar de atormentarnos a todos con esa cumbia nefasta.
- Vo la envedea que no tené este teléfono y este reló que me costó dos mil pesos
- ¿Argentinos?
- Claro que no son argentinas estas cosas, no entendé nada vo frígida de relosess.
- Es en vano…
- No es vano e un Roles y si quiero escuchar cumbia, escucho cumbia, no va a venir voo…
- A decirte lo que tenés que hacer, ¿verdad?
- Te ase la viva porque sos mujer…
- Soy mujer y estoy viva, y si no bajas la cumbia te hablo todo el trayecto hasta que te den ganas de poner la cabeza esa que tenés en la puerta de alguna heladera mientras yo la cierro y la abro.
- ¡Má si! Son todas iguales, todas locas de la cabeza.
- Pero no escuchamos todas cumbia, por ejemplo.
- Cayate!
- No quiero
- Cayate ¡no te guanto má no te guanto!
- Baja la música.
- La bajo porque soy educado, loca de mierda.
- Gracias, al final de la charla resultaste un amoroso.


Y así viaja Mabel, pensando que la vida tiene esas cosas, que algo nos paso en algún momento que nos hizo perder la paciencia, el decoro, y los buenos modales. Pero para eso esta ella, impartiendo justicia en los transportes urbanos, para sentirse una boluda pero docente.