martes, 23 de noviembre de 2010
abrazada a un rencor
"He descubierto que casi todo lo escrito sobre el amor es verdad, Shakespeare dijo: "Los viajes terminan cuando los amantes se encuentran" ¡Ah, qué extraordinario pensamiento! Personalmente no he experimentado nada ni remotamente parecido pero estoy dispuesta a creer que Shakespeare sí.
Supongo que pienso en el amor más de lo que realmente debería. Me sorprende constantemente su poder para alterar y definir nuestras vidas.
Shakespeare también dijo: "El amor es ciego". Eso lo sé con certeza.
Para algunos, inexplicablemente el amor se desvanece.
Para otros, simplemente se pierde.
Aunque claro, el amor también se puede encontrar, aunque sea sólo para una noche.
Y luego hay otra clase de amor, el más cruel de todos, el que casi mata a sus víctimas, se llama amor no correspondido. En ése soy experta. Casi todas las historias de amor son de personas que se enamoran entre sí, pero ¿qué hay del resto de nosotros?
¿Qué pasa con las historias de los que nos enamoramos en soledad?
Somos las víctimas de un idilio no correspondido.
Somos los amados maldecidos. Somos los no amados."
Todo eso dijo la ex gorda de la Winslet en una voz en off apenitas arranca la peli The Holllyday y vos ya te paraste a buscar la caja de klleenex, porque los mocos te brotan como si fuesen petróleo en Nueva Delhi.
Te sentás a verlo al divino de Jud con esos ojos azules como el Mediterráneo y con un rol de hombre que no existe ni que lo hagan con proyectos de robótica. Porque acordate que los ingenieros que hacen robots son hombres por lo tanto no le van a poner un botonito de "sensibilidad" otro de "responsabilidad emocional" y por si las moscas uno extra de "no dedicarse a joder al otro".
Vos ibas por la vida tratando de esquivar - a modo de entrenamiento - la cacona del perro del vecino cuando ese sábado a la tardecita sonó el teléfono con un número irreconocible y así y todo atendiste. Aceptaste un café y se te escapó un suspiro mientras te resonaba en la cóclea la pregunta matadora: "hola.. soy Ruperto, ¿Cómo estás?"... pregunta de mierda si las hay para aparecer luego de años.
El pajarito cantaba esa mañana de domingo y vos te jodías por boluda porque estando en Pampa y la vía te despertaste abrazada a esa deglutida ilusión en vez de a aquel rumiado rencor.
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