Piel Naranja

Araceli era muda en Nano y él estaba más interesado en las orcas que en esa pobre que invertía todo su tiempo en plancharse el pelo y mover las manos. Con el tiempo el muchacho se dió cuenta que de las dos incomunicadas Ara era la más viable. No sólo por las acciones de Polka, sino porque al menos olía mejor que la Keiko.

Topacio era ciega y andaba por la vida vestida de virgen y si se le aparecía Boris Karloff a la tipa no le importaba. Mientras la acompañara de acá para allá y no se le pusiera enfrente para hacerla caer de culo, ella contenta. José Luis también se enamoró de ella o de la conveniencia de una mujer salida de un frasco de Chimbote, que no le viera las lagañas mañaneras.

Hace dos días que tratas de explicarle lo mismo. Manejás un vocabulario extenso, hasta usas palabras fáciles que te enseñó tu amiga la Doctora en Educación. Probaste hasta la actividad pedagógica dirigida y nada. El tipo te sigue mirando como si le hablaras en arameo. Y puede oír, ojo que es propietario de un oído de tísico. Pero se te queda mirando, abriendo grandes los ojos, mientras deriva la charla al portfolio que perdió en no-se-que calle de Manhattan.



Jodete por boluda si creíste que los cinco sentidos te iban a facilitar la comunicación con tu medio pomelo.