Caramelitos de amor

Te pareció simpático, intelectualmente interesante y llamativo aunque estética y políticamente era lo último en lo que te hubieras fijado en tu vida. Tenías mucha más probabilidades de anotarte en una maratón a favor de las viudas vírgenes de Jaipur a las que les ha salido una teta en la espalda que andar de sonrisitas con él pero así las cosas y ahora se ven cada tanto.

No le vamos a decir chongo porque el señor está fuera de la estética chonguera dado no tiene abdominales marcados (sólo luce la marca del elástico de los calzoncillos), no tiene el pelo largo, ni cortado a lo navy, sino que de hecho es medio pelado, no usa barba de 3 días como Brad Pitt sino que se afeita cuando tiene calor, le pica, tiene que salir o cuando se le canta.... un señor natural digamos pero es tu Gordo; te hace reír, te deja con las cervicales bien acomodadas, te hace sentir bonita, te mantiene la neurona entretenida, es limpito y sabe la diferencia existente entre un orange pekoe y un english breakfast.

La rutina es siempre la misma, un saludo, dos qué-hacés-qué-es-de-tu-vida, tres que lindo! 4 ajams y un rotundo - y demasiado rocker - “nena, quiero verte”. Vos, una vez más, te sonreís como sorprendida ante una propuesta que buscaste y que ni tu ego cree que sea casual pero vos insistís con esa postura de fiesta sorpresa y yo no sabía nada pero justo salí a comprar puchos de taco alto y purpurina en la peluca, doblé mal y acá estoy!!

El Gordo llegó impuntual, se respetaron los pasos de baile coregrafiados para la ocasión: cena en la mesa, mimos en el sillón e interpretación en 2 actos en la cama. Con arte y esmero estabas poniéndole el cuerpo a aquel poema precioso que Carlos Rivera escribiese allá por 1954:

….y en tu lengua festeja el triunfo
su garganta tiene sed de eternidad
sin embargo dudo que la verdad y sus terrores
puedan hacerme temblar así una noche cualquiera
es cierto que hundo su cabeza entre mis piernas
tanto que mis dedos acarician su pelo, lo deshilan
como su hambre ha deshilado gota a gota mi futuro
escucho los tambores de la fiesta del corazón
y mis manos empujan aún más la boca de ella
que sabe, toma donde no hay.


... cuando de repente escuchás un gran suspiro seguido por un “¡ay, miaaaa....!” STOP. Así tan de golpe se hizo silencio. Los dos con cara de acá no ha pasado gran cosa, ducha, listerine, tu mejor cara de papanatas acostumbrada a serlo, piquito dulce y a dormir.

Al día siguiente te vestiste, te peinaste, te pintaste la trompa, fuiste al supermercado y entre el brócoli, la rúcula y los tomates cherry se te ocurrió pensar que en realidad la existencia de esporádicos momentos de amor debe estar en paralelo con el culo de los ángeles.

Dicho de otra manera: no nos estaremos jodiendo por bolud@s al pensar que no existe el amor eterno de un ratito, al no permitirnos sentirlo y expresarlo sin tanto tapujo? Pequeños e intensos caramelitos de amor donde adentro está todo y afuera se encuentra la nada misma.

Dulzores que nos liberan de andar cuidando el lenguaje y sus interpretaciones descontextualizadas en momentos en que literalmente tenemos la cabeza en otro lado.