martes, 20 de diciembre de 2011

La cacerola no se toca!



Digo yo, que soy Blackmamba: conminada por mi coequiper que anoche en un rapto de violencia emocional me sugirió que me sentara a escribir con carácter de urgencia, aquí estoy. Debo confesarles que esgrimí todo tipo de excusas, que tengo mucho trabajo, que la gata no quiere que yo... escriba más, que la inspiración no me llega, en fin… Sugerí tímidamente contarle la historia con lujo de detalles para que ella se las contara a ustedes. Sepan que lo único que atinó a decirme fue: de ser necesario te vas al baño con la PC a inspirarte pero sentate a escribir de una vez! Y aquí estoy para contarles una bonita historia (ella se las hubiera contado mucho mejor, haganselonn saber por favor).



Corría el dos mil uno en la Cordillera, un diciembre distinto sacudido por las noticias que te dejaban el alma en estado de alerta inminente. Nadie podía decir que Julio era un tipo desinformado, la política era su vida, su razón de ser. A él recurrían todos cuándo querían enterarse de lo que pasaba en esa capital del país tan lejana pero a la vez tan presente. Julio devoraba cada mañana cuánto diario podía y entre medialuna y medialuna iba agrandando su úlcera gástrica cada día un poco más. Era solo, se había separado hace mucho y andaba buscando quién le quitara el sueño en esas siestas de provincia que le resultaban tan monótonas.

Silvina era artista; artista se definía y se sentía. Soltera con vocación de novia tenía en su haber varios encuentros fallidos con señores. Cenas en las que no podía esconder sus bostezos. Las ganas la iban abandonando y rebelando contra todos esos candidatos que le presentaba la vida. No le interesaba la política ni la historia, sabía que San Martín había cruzado los Andes sólo por una mera cuestión geográfica. Un día charlando con amigas decidió dejar de perder noches con señores y modificar su modus operandi, los citaría a la tarde para un rápido cafecito y así no tener que sentir que agigantaba en su vida la columna del debe.

Julio pensó que solo una loca lo citaba alegremente a esa hora, sin pensar siquiera si él trabajaba o no, pero relojeó la foto de Silvina y se dijo “será loca pero linda” y aceptó. Quedaron un 19 de diciembre a las seis de la tarde sin saber que ese día iba a resultar un antes y un después no sólo para ellos.

Ya camino al encuentro Julio intentaba no dejar su mano con muñones escuchando la radio, no veía la hora de llegar a su casa, encender la televisión y ver que estaba pasando. Su grado de nerviosismo le hacía hablar solo en el auto y no termino en una acequia porque la neurona derecha le iba pateando el cerebro cada veinte metros. Pensaba mil formas de eludir el encuentro, bajarse del auto, verla y explicarle que el país explotaba y él necesitaba ser testigo directo. Que la Patria vivía horas negras y él jamás se perdonaría no haber estado.

Bajó del auto, apresurado, mentalmente inventando mil excusas y la vio. Sintió que una mano invisible le apretujaba la garganta, y una risa loca pugnaba por salírsele. Linda, era linda con una sonrisa por la que muchos hubieran querido vivir. Solo atinó a abrirle la puerta mientras la amnesia informativa se apoderaba de su persona. Terminaron en la Cordillera, charlando hasta que amaneció. Más allá, la Plaza, el helicóptero y el sushi desapareciendo de la escena política del país. Y ellos ahí de la mano, mirando la luna, sintiendo por primera vez los efectos de un flechazo mutuo.

Al día siguiente, el teléfono de Julio no paraba de sonar, todos querían hablar con el gurú de la familia, y él solo atinaba a decir: “No sé nada, volví tarde”



Hace diez años que están juntos, dos hijos, la vida los hizo encontrarse en un día negro para la Patria, pero jodete por boluda si no creés que el destino es un duende que nos pone a prueba a veces..... sólo a veces.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Suelta de globos



A ver.. vamos emprolijando la cosa. No es bueno quejarse de todo pero hay líneas que no se deben cruzar, puertitas que no se deben abrir, preguntas que no se deben hacer y respuestas que no se deben dar.

He aquí un pequeño manual ilustrado sobre todas aquellas situaciones que son totalmente evitables si somos capaces de soltar al boludo que tenemos dentro o colgado del brazo, para el caso es lo mismo, porque un boludo es un boludo. Es como la mona, que por más que se vista de seda boluda queda.

Situación 1: ya se soplaron las orejas, se agarraron de la manito como 4 veces y se generó el momento romántico que tanto esperabas. Están compartiendo un licor de huevo o una tacita de té con leche en el sillón, en eso el señor ve fotos sobre la biblioteca y se acerca a observarlas con detenimiento mientras vos sonreís con tu mejor cara de papamoscas pero contenta. Mira la fotos, te mira a vos y espeta sonriente: "pero vos ESTABAS buena!" y vos atinás a decir con voz aflautada y poniendo la única cara posible: ehhhhhh.....??

Situación 2: salida con amigos, pero como hace poco que se les ha dado por andar de risitas digamos que aún no se sabe que tan firme se pisa; sin embargo ya hay cierta incursión al ámbito familiar. Hay maneras mucho más elegantes para caerse de culo a la banquina que diciendo "pero... en calidad de QUÉ voy al cumpleaños de tu compañero de oficina?!" Suspirás, pensás, inspirás profundo y con sonrisita irónica, levantando los hombritos decís: "no sé... te va ser el señor que me bate los sifones drago?"

Situación 3: la relación está planteada como algo que no se sabe bien que es aunque sí se sabe lo que no se es: no son novios, ni amantes fijos, ni amigos, ni NADA. Son eso que se han encargado de dejar firme al decir paparruchadas tales como "detrás de esa puerta no hay nada, lo que vale es lo que pasa acá y ahora". Todavía tratás de comprender por qué se enculó tan pero tan feo - al punto de que nunca más te llamó - el día que le dijiste que te ibas sola al asado que organizaron tus amigos. Es raro que no se haya dado cuenta de que el bendito costillar estaba del otro lado de la puerta... Qué complicado esto de las aberturas emocionales che!

Situación 4: el que te mima, te mira y se sonríe como un paparulo y te dice que te va a cuidar y que nunca la vas a pasar mal a su lado. Eso si, colgate el celu en el cogote emulando a la yegua madrina porque si no le llegás a contestar un sólo sms a la velocidad de la luz es capaz de putearte hasta en bielorruso y chino mandarín. Te ponen en la situación de tener que decirles en un tono de voz una octava más baja “metete el Chuck Berry, el blueberry, el boisenberry, el blackberry, todos los frutos y hasta el bosque entero en el culo! Tarambana!”

Situación 5: chateo va, chateo viene, y una tarde de invierno decidiste cruzar el Rubicón y encontrarte con ese señor que se declaraba ex rugbier. Saliste con cara de estar esperando que la comparsa Marí Marí pasara por la puerta de tu casa y de pronto lo divisaste, caminando hacia vos, todo él. Todo es un decir porque ese Umpa Lumpa mal entrazado que se dirigía hacia vos sólo podía ser la guinda del partido cuanto menos. Y ahí nomás sin esperar que vos atinaras a cambiar tu cara de estupefacción dijo: "pero mirá que habías resultado ser bajita vos!" Instantáneamente pensaste que el reino de los cielos será de los justos pero de los enanos seguro que no.

Situación 6: Era lindo, pucha que era lindo! una mezcla de Clint con el chico de la granja, que está más bueno que el pollo a la miel una tarde de invierno. Puerto Madero, noche de primavera, vos pensando que la vida compensa y mirá que lindo que es con esos ojos claros y esos dientes para publicidad de Colgate. Él afianzado ya entrando la noche, mientras miraba hacia el río comenzó a contarte su vida, sus viajes, mientras te preguntaba cosas importantísimas como por ejemplo que hacía cuanto tenías un piercing en el ombligo. De pronto, muy suelto de cuerpo enfundado en sus Dolce Gabbana declaro a quien quisiera escucharlo: No conozco mucho Europa, sólo fui a España porque París me parece una ciudad increíble”. Un GPS al señor de la cupé Mercedes por favor!

Situación 7: Un tipo interesante, largas charlas hasta altas horas de la madrugada, un café horrible pero todo en esta vida y en el mismo instante es difícil de conseguir. Un hijo de Freud el señor, que iba desgranando su historia como si fuera la gesta de algún vikingo. Ya para las dos de la mañana vos pensabas qué tenía que ver la escuela de Pichon Riviere con la venta de sanguchitos en el Tigre pero medio que te dormías. De pronto cual iluminado se incorporó en su silla para hacer tu diagnóstico: “Vos sos una persona superyoica”. Salute! Dijiste vos y pensaste que mamá estaría orgullosa de semejante diagnóstico. Rápidamente te dirigiste a tu casa pensando en como desechar esa mochila de mercurio que había resultado ser ese señor. Porque una será superyoica pero de boluda poco últimamente. Y a la semana cuando ya era mas que evidente que otro café seria dudoso, lo dijo... cerrando el telón: sos una capitalista emocional! Y vos dijiste ajá ajá, mientras revisabas los índices del Bovespa.


No digas que no te avisamos, porque esta vuelta si te volvés a joder por boluda te vas a tener que hacer cargo.

 
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