lunes, 11 de enero de 2010

La Cuqui



La conocí en cuanto me mude a mi antigua casa, me inspecciono por todos los costados y puso cara de desaprobación cuando alguien le comento que yo pintaba. La cosa no fue mejorando, porque con el tiempo me separe y siguió mirándome como si yo fuera el demonio encarnado. Cosa que se intensifico cuando presencio mi disputa con los Testigos de Jehová, quienes pretendían venderme el libro de la felicidad familiar y m iracunda respuesta:


“Llegaron tarde señores, treinta días tarde…”


Ella reunida en la esquina tomando cafecito con lo que yo denominaba “Las viejas del Clubcunkan” todas las tardes a la misma hora, pintadas como si estuvieran en el mejor lugar del mundo con sus trajecitos impecables. Presidia la mesa, y a veces la escuchaba con su voz de rana maltratada hablar de juntas vecinales, veredas rotas y embarazos no deseados. Todas las tardes la señora Cuqui estaba en esa esquina y yo la veía mientras traía del jardín a mi retoña que insistía en sacarles la lengua o hacerles morisquetas con el solo fin de hundirme a mí en el fango mientras disfrutaba de mi cara de espanto.
Pasaron los meses, y una tarde se animo a tocarme el timbre, para felicitarme por tener a la criatura siempre impecable y no haberme vuelto una casquivana tras mi separación, yo le agradecí profundamente, recuerdo que le solté algún comentario ruin de esos que me gustan a mí:


“ Es que estoy sponsoreada por Ala, ser inmaculada es mi destino…”


No dijo nada, solo me miro con sorna y se fue a su esquina. Así era la Cuqui, tenía el pontificador siempre a mano, nunca una palabra de aliento, era todas las madres juntas y disfrutaba esa posición que se había ganado. No en vano, se había casado bien como ella decía y su familia vivía ahí desde tiempos inmemorables.
Logro sorprenderme un par de veces, como cuando la policía pretendía llevarse a unos hijos dilectos del barrio tras gresca futbolera y ella tomando el toro por las astas y esquivando los pomelos derramados del pobre verdulero, se había interpuesto e impedido el accionar policial al grito de:


“La culpa la tiene el futbol señor policía, no querían quemar ese auto, se quemo solo porque es japonés, a un Ford no le hubiera pasado eso”


O cuando casi se nos soponcia cuando llevaron preso a un integrante de su Clubcukan por ser el sospechoso de varias violaciones, debo aquí ser justa y agregar que ese pobre hombre no podía ni caminar mucho menos violar a nadie, cosa que fue demostrada perfectamente por la Cuqui y el abogado que ella consiguió.
Hasta el cura le tenía miedo y le hablaba como si fuera la heredera de la corona inglesa, yo no podía, jamás pude, me divertía con su postura de señora consentida, me la imaginaba con sueños de Mirtha Legrand guardados bajo siete llaves, sentía pena porque su mundo se pulverizaba y ella seguía sin querer distinguir el sahumerio de la cannabis.
Logro cercar la plaza con una reja espantosa, que cambiaran varias veces los baldosones porque no le gustaban, actos espantosos donde despotricaban contra los extranjeros limítrofes que ocupaban el barrio, logro que los micros de larga distancia no pararan más en esas cuadras a pura manguera y balde, y logro que yo le tomara cariño. Tanto que al escuchar que se fue me dieron ganas de pegarme una vuelta por antiguo barrio para pasar y decirle:


Cuqui todo sigue impecable…


Se les ha dado por morirse, a gente famosa y a otros que no lo son, pero vaya mi homenaje a la Señora Cuqui, porque todas llevamos a una Cuqui dentro nuestro dispuesta a joderse por boluda pero con un garbo….

11 ponen carita:

Almafuerte dijo...

Esa suave curva que va del desprecio al relativo afecto me sorprendió.
Debe ser porque las viejas de mierda despues de todo no son la encarnación del Mal. Son necesarias para equilibrar el universo, como el yang para tu ying y todo eso.

Winter dijo...

¿No será que por cada Cuqui que se vá se nos muere un poco la nuestra que nos habita?
¿No será la irreversibilidad de las consecuencias de la muerte la que causa nuestros sentimientos contradictorios?
¿O es que nuestras certezas tambalean cuando las confrontamos contra lo efímero de la existencia?

Y la Cuqui feliz sigue apuntando con el dedo desde la nube con la seguridad de quien sabe que somos nosotras las que nos jodemos por boludas...

Moncha J Smith dijo...

Ojalá le pasara eso a mi vecina...hoy no aguanté más (después de 13 años) y le dije: pongale un bosal a su perro, las 24 hs ladra intermitentemente...
Ella dijo de forma irónica q ya se iba a comprarlo entonces argumenté:
OK, me cansé...te voy a poner la denuncia vieja conventillera!!!
Esta es una versión muy mala de Cuqui...no ha hecho nad más que llenar su casa de perros, ramas de árboles y cansar a los vecinos con sus gritos...

Ya desearía yo tener una cuqui de vecina y no a esta...

BLACKMAMBA dijo...

Almafuerte:
A mi también me sorprendió, pero son necesarias, y me atrevo a decir que cada barrio cuenta con una Cuqui con el tridente guardado en la cartera.

Winter:
Esa sensación que hay lugares que no volverán a ser ocupados por nadie más...

Moncha:
Bendita manía la de algunos de abrigar perros ruidosos, no me haga acordar de mi cocker porque me sube la presión.

wendy balsam dijo...

todas tenemos nuestra Cuqui interior y de vez en cuando la ventilamos un poquito para que no pierda su brío...

El Señor F. dijo...

mi "Cuqui" es un modisto retirado que le hace trajecitos de visón a su caniche toy. Hace unos meses le hizo un abrigo DI VI NNO a mi boxer y con eso se ganó mi cariño.

Y mi sra madre tiene un potencial de cuqui que ni te cuento.


salud!!

El Señor F. dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
loro711 dijo...

Terrorífica y apasionante la Cuqui.

Totus in Illis dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Gabriela dijo...

ay ay ay se nos fue la Cuqui.... y me quedè con las ganas de conocerla aunque sea de lejos; pucha digo!!

Habrìa que darle unos mangos al cura del barrio para que todos los meses de aniversario le dedique una intenciòn en la misa "por la Señora Cuqui, la que a pesar de estar a la derecha del Padre no descansa en su lucha contra la baldosa floja y el graffiti al pedo"

F. Fabian S. dijo...

Igual da un poquito de miedo la Cuqui...

 
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