miércoles, 30 de diciembre de 2009

Esperando al Gordot


Alguna vez usted ha escuchado las palabras mágicas. No nos mienta. Vamos, asúmalo de una buena vez. A todas nos han dejado con el Jesús en la boca esperando un llamado, una reaparición.

Una se pregunta que es lo que pasó, que es lo dijimos, que es lo que hicimos o dejamos de hacer, que seguramente el Gorr tocará el timbre con un ramo de flores al grito de “Honey I’m homee!” pero no.

El Gorr pegó la vuelta a la ochava y de eso se trata esto: de las tantas formas que tiene un Gorr de huir para luchar otras guerras, de ir a comprar puchos, o dicho el criollo de hacerse el boludo a la hora de emular al croupier marplantense y cantar un no va más.


El Gorr diletante
El que te patea todo para adelante, “bueno bueno, ya veremos” es su frase de cabecera. Tiene un arte para dejarte contenta mientras manda la pelota al corner que, una vez que se las tomó, hasta da placer sentarse a analizar sus jugadas como en un tele-beam.

El Gorr aceitunero
El que cuando lo pinchás se te escapa del plato. Te despide con un besito en la frente, una palmada en el culo, una amplia sonrisa y te pide que le tengas paciencia. ¿WTF?

El Busy-Gorr
Ese que anda con la agenda pegada al culo y el celu colgado del cogote cual collar de espejitos de colores, que son los mismos que te vende a vos. Cada vez que le decís que te gustaría verlo - y de paso chequear si le creció la zapan desde la última cita - te sale con que la misa de gallo y que las reuniones de consorcio o que a la madre se le apagó el calefón. Su frase célebre es “dejame que revise la agenda y te llamo” ¡Tut Tut Tut!

El Gorr Columbia Pictures
Es especialista en efectos especiales. Su frase de cabecera es “me llamo Forest, Forest Gump". Cuando se ven te histeriquea de lo lindo, te mira, te acaricia la espalda, te dice que estas preciosa, se fija en detalles como si tenés las manos arregladas y si te depilaste los bigotes. Llegada la hora de ir a los papeles y asumir que las cosas van de 10 el tipo hace la escena de la chimenea: en un sòlo revolcón te pega 4 besos y hace fade out. Es el día de hoy que te seguís picando la sesera preguntándote cuando fue que comenzaron a rodar la peli que ya llegaron al "cortennn, se imprime!" y vos - haciendo gala de esa manía loca de papar moscas - ni te enteraste.

El Gorr itinerante
El que viaja, siempre está viajando. Vos lo querés ver, frotarle un poco el pupo y enrularle la oreja pero el tipo esta siempre en la loma de la lata con la promesa de una cena o un algo para cuando vuelva. Anda siempre entre Andorra y el conurbano bonaerense revoleando por la luneta del auto promesas de "cuando vuelve te llamo se-gu-ro"; lo más patético es que vos le crees hasta que te das cuenta de que si lo que pagas de celu lo usaras para ir a cenar sola salís ganando.

El Gorr Rodin
El eterno pensador. Ese que te dice que no sabe que le pasa que no sos vos es él y que necesita pensar. Pensar en que le pasa, pensar en que si te ama, pensar en que es lo que va a hacer en el verano con los amigos, pensar en todas las rubias tetonas que se le cruzaron este año y apenas si las pudo mirar porque estaba con vos, pensar en como cornetas te va a decir que ya pensó que no quiere saber nada con vos, se acordarà de las sesiones compartidas del BAFISI mientras mira babeante las bailarinas de pole-dancing; o sea que realmente estará pensando en vos. A veces una es boluda en serio y este es el Gorr más clásico de la fauna masculina, sigue existiendo aunque nos preguntemos como carajos hace para reproducirse si después de todo se la pasa pensando.




Jodete por boluda si alguna vez pensaste en poner la foto en la boleta de la luz reclamando por el Missing Gorr.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

10 buenos motivos para salir corriendo



Mi tía Teté tiene la hermosa costumbre de preguntarme cada vez que me ve si tengo algún festejante, novio, filito, alguien que me arrastre el ala, un MT, o un coso. Ante mis respuestas evasivas espeta un “nena... No podés estar sola, es un desperdicio”

Yo la miro con ternura y mientras pincho un cantimpalo con un buen trago de tinto repaso los 10 motivos por lo que yo no saldría nunca con una señora como yo.

1.- Donde me da sueño me duermo: una vez un compañero de cena fue al baño diciendo “pedí el café que ya vengo” y cuando volvió me encontró babeando sobre la servilleta.

2.- Tengo el buffer roto: no filtro, digo lo que se me canta cuando se me canta. Todo acompañado por una tierna sonrisa o una cara de culo memorable aunque jamás con mala onda, soy simplemente boluda.

3.- Como de todo aunque no ciertas cosas: este tema parece complicar a las personas, pero soy yo la que lo padece. Muchas de ellas las tengo presentes todo el tiempo, otras me aparecen de repente, de más está decir que no son del todo fijas. Bah... Como lo que se me canta cuando se me canta.
- No como cebolla, sólo cocida y nunca en público, excepto que sea en un tuco… tampoco la pavada.
- No como ajo aunque a veces si, depende de mi humor y de un montón de cosas, pero básicamente no como ajo. Unos buenos champis rellenos de panceta y ajo sí… y últimamente un par de dientes al tuco y también alguito de provenzal al pollo y las milanesas… ¡Merde! Voy a tener que repasar este punto.
- No como pastas rellenas que no sean caseras de casa conocida (me da la sensación de que están hechas con la sobras de los platos)
- No me gusta que la lechuga toque la carne, se achicharra y le cambia el sabor, no tomo vino blanco (es de putos) aunque si algún rosado.
- No comparto el postre excepto que sea algo gigante; cuando digo gigante es para compartir entre 4 y el Banana split es un asco.
- Si te atrevés a pedirme un poquito de mi chocolate, mi danette o mi helado te corto la cabeza como la mantis religiosa pero sin sexo.
- Tu danette tu helado o tu chocolate no son todo tuyo. Sabélo. Mi frase de cabecera es “un helado es un helado" el dueño del helado es un ser de otro planeta que no me interesa en lo más mínimo.
-Torta exquisita de chocolate en el horno es el perfume que poett o glade deberían patentar urgente.

4.- No me interesa tu ex, no me hables de ella y menos que menos adjetivada. Tu ex es tuya, no mía y menos que menos nuestra. sa-ca-la-de-acá-ya.

5.- Puedo tomar tanta cerveza negra como un irlandés y obviamente ser tan guarra como uno de ellos en un bar de Dublín, aunque tengo a mi favor que utilizo un tono sumamente cordial al decir las barbaridades más atroces jamás imaginadas en boca de una dama.

6.- Murmuro pavadas cuando me agarran en ese breve lapso entre que me duermo y dormito. Pero pavadas posta del estilo “tenés que comprarle un saco de 43 solapas azules a tu hermana”. Acto seguido me duermo feliz sabiendo que di lo mejor de mí en esa charla, que por cierto pudo haber sido maravillosa…. Pero que obviamente no lo fue.

7.- Me hago amiga de todas las tías viejas, adoro jugar a la canasta y tomar el té con flema inglesa y hasta soy capaz de usar trajecito sastre para la ocasión.

8.- Puedo escupir el chicle por la ventanilla del acompañante del auto por el simple hecho de que odio tocar el chicle masticado todo babeado para descartarlo ¿No te jode? Perfecto, espero que lo recuerdes cuando lo haga con tu prima (seguramente conservadora exacerbada) sentada en el asiento de atrás.

9.- Donde se me antoja que quiero un beso quiero un beso y eso no se discute como tampoco se discute que me guste leer poemas a los gritos una tarde de sábado con lluvia.

10.- Tengo vértigo y soy torpe. En los momentos en que debería ser atractiva- como sentarme delicadamente en el sillón dispuesta a mantener una charla sexy - seguro me choco la maceta del potus y tiro todos los puchos al piso.



No me vengas con que dentro de un tiempito nos vamos a joder por boludos si así y todo me reclamaste el frasco de dulce casero que nos llevó a sonreírnos y charlar de bueyes perdidos caminando por Placita Serrano esa tibia tardecita de sol.

 
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